Fecha de nacimiento: Lima, 19 de enero de 1920.
Actualmente: Vive en la ciudad de Lima
Es uno de los miembros más destacados que tiene el Servicio Diplomático del Perú. Su más importante y feliz circunstancia es el haber alcanzado y desempeñado la Secretaría General del más alto organismo mundial al que fue reelegido por unanimidad, sin desearlo y sin ninguna candidatura alterna, bastaría para calificar al embajador Javier Pérez de Cuéllar Guerra como el diplomático más distinguido que ha tenido el Servicio Diplomático del Perú, pero no es únicamente el hecho de haber sido Secretario General de las Naciones Unidas la justificación para hacerlo acreedor a dicha designación. Es necesario recorrer con la imaginación y de la mano con la historia la labor que llevó a cabo en esa delicadísima posición de cuasi Jefe de Estado Mundial. Sería muy largo y excesivo al propósito de esta nota conmemorativa de su venerable centenario el repetir su labor en pro de la paz mundial; primero como Secretario General adjunto en tiempos de Waldheim, entre 1979 y 1981, en que por encargo del mencionado Kurt Waldheim llevó a cabo importantes misiones relacionadas con la problemática de la organización tales como Afganistán, Camboya, Vietnam, las dos Coreas, Irán, Irak y América Central. Y más tarde, a partir de su elección en 1982 el cada vez más complicado panorama mundial que tuvo acontecimientos (muchos de los cuales subsisten) como los casos de las Malvinas, el conflicto árabe-israelí, la Guerra del Golfo Pérsico, la independencia de Namibia, la invasión de Kuwait por Irak y la firma de la paz en El Salvador, por sólo citar las más importantes.
Antes, durante su larga carrera diplomática recorrió, aparte las oficinas y patios torretaglianos, alternados con la docencia en la Academia Diplomática y en misiones como Francia, Reino Unido, Bolivia, Brasil, Suiza, Unión Soviética, Polonia, Venezuela y la propia ONU en calidad de Representante Permanente de nuestro país. Es destacable que fue también Jefe del Servicio Diplomático al ser designado Secretario General de Relaciones Exteriores en 1964.
Don Javier ostenta cincuenta doctorados “honoris causa”, diez y siete premios internacionales, treinta y cinco membresías en instituciones diversas a lo largo y ancho del mundo y ha sido condecorado por veinticinco países, también de haber sido distinguido con diez preseas nacionales.
Concluyó su fructífera carrera diplomática como Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores y a continuación embajador en el mismo país donde había iniciado su peregrinaje diplomático: Francia.
Colaboración del Embajador Alberto Montagne Vidal.