ESPECIAL
UNA VISTA AL PALACIO DE TORRE TAGLE, Casa de la Diplomacia Peruana
El Palacio de Torre Tagle, extraordinaria expresión arquitectónica del virreinato y actual sede de la Cancilleria fue construido a comienzos del siglo XVIII terminada en 1735 para Don José de Tagle Bracho quien fue designado Marqués de Torre Tagle por el Rey Carlos V de España el 26 de noviembre de 1730 convirtiéndolo así en el fundador de este Marquesado. Oriundo de Santander -España-, al establecerse en el Perú ocupó cargos militares como el de Gobernador de las Expediciones de Guerra del Mar del Sur y Pagador General Perpetuo del Presidio del Callao. Dicho caballero falleció en 1740 a la avanzada edad de 96 años, diez después de haberle otorgado la Corona de España el título de Primer Marqués de Torre Tagle. Tomó como distintivo de su escudo de armas el siguiente lema:
Tagle se llamó el que la sierpe mató y con la infanta se casó
Dicho escudo se puede apreciar en la parte superior de la fachada exterior del palacio que es de estilo barroco andaluz y muestra pórticos y arcos de piedra tallada y dos artísticos balcones moriscos de madera, de cedro y caoba, tallada.
Ubicada en el número 363 del Jirón Ucayali, aledaña a la plaza Mayor de Lima, la mansión cuenta con dos balcones de madera tallada, grandes salones y opulentas escalinatas y decorativos azulejos que demuestran la influencia moruna y española.
Dispone de catorce habitaciones, comedor, cocina, una capilla pequeña, con un altar barroco dorado a fuego, adornada con espejos y elegantes salones, los decorativos e interesantes azulejos (que datan de 1735) muestran una mezcla de influencias españolas y morunas. Uno de los salones, llamado el Salón Principal, ostenta los retratos de la familia Torre Tagle, uno de ellos muestra a don José Bernardo de Tagle Bracho, el primer Marqués de Torre Tagle quien vino a ser, en conclusión, el arquitecto del palacio, de acuerdo con la inscripción del cuadro:
Otro de los cuadros muestra a su esposa (ella falleció en 1761). Uno de los mayores atractivos del palacio es su carruaje azul y rojo del siglo XVIII, que fue utilizado por el Marqués de Torre Tagle. El segundo patio fue usado para las caballerizas, servicios y cocheras, con carrozas de la época.
Torre Tagle ha sido la residencia familiar del Presidente de la República don José Bernardo de Tagle, cuyo nombre lleva, y es un lugar en que ocurrieron importantes acontecimientos en la iniciación de la República. Muchos años después, como siguiendo un destino histórico, se convirtió en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores y, con ello, en el antonomástico nombre de la diplomacia peruana. En esta casa se han defendido, y sin cesar se defienden, los altos intereses de nuestra patria y desde ella se proyectan hacia el exterior sus reconocidos e indiscutibles valores.
Son muchos los que han hecho el elogio del Palacio, de las notables arquerías, artesonados y balcones que asombran a sus visitantes por su singular belleza.
La fachada del Palacio de Torre Tagle es la más bella e imponente de la ciudad virreinal, y aún la más esplendida de las que de aquella época se conservan en la América meridional española, presenta una fachada notable y asimétrica, característica que le da agilidad y armonía, con una portada labrada, en piedra en el primer cuerpo y de estuco en el segundo, en el barroco limeño más encantador, en cuya parte superior destaca el escudo nobiliario de la familia Torre Tagle, sus dos altas plantas, el diseño de su gran portada barroca, la gracia y el lujo de sus balcones y el movimiento de sus cornisas, molduras, entrelazados y relieves le dan una prestancia singular, habiéndose convertido en la residencia arquetípica del esplendor de la vida aristocrática del siglo XVIII en Lima, es decir de la capital del Imperio español en la América del Sur.
En su segunda planta, está adornada con dos balcones típicos -los más bellos y mejores conservados del período colonial- de madera tallada en cedro y caoba y de reminiscencia mudéjar, haciendo resaltar la asimetría de la fachada, pues uno, el de la derecha, tiene tres tramos y el de la izquierda siete, los dos están completamente cerrados con persianas con celosías, ambos balcones, que recogen la transición del estilo mudéjar andaluz al barroco hispanoamericano, tienen las ménsulas, o soportes de madera tallada, con motivos de inspiración indostánica.
Los balcones de la fachada del Palacio de Torre Tagle (vista interior) son los más hermosos ejemplares del siglo XVIII
Las ventanas de la parte baja de la casa son sencillas y con rejas de hierro forjado cuya austeridad contrasta con el estilo recargado de los balcones. La puerta de madera, de tamaño impresivo, decorada con clavos de bronce y adornada con dos aldabas de tamaño regular, se abre a un zaguán, que presenta cuatro arcos rebajados esculpidos en piedra con piso también de piedra, en el zaguán, a la derecha e izquierda, se observan pequeños escalones que utilizaban las damas para subir sin dificultad a sus cabalgaduras.
En las plataformas que los coronan se puede notar que las piezas de piedra están unidas por estrellas de cobre. Cerca de este lugar se colocaba una cadena que significaba el derecho de Asilo, privilegio que tenía el Palacio de los Marqueses de Torre Tagle, y del que también gozaban algunas iglesias de Lima en aquella época. Los muros del zaguán están decorados con azulejos sevillanos y el techo está notablemente artesonado.
El zaguán conduce hacia un primer patio, de entrada espaciosa, amplio, luminoso y rodeado por balaustradas elegantes, arcadas y columnas de estilo morisco, concebido como el centro vital de todo el conjunto arquitectónico que gravita hacia él. El estilo es principalmente barroco andaluz con obvia influencia mudéjar en los dos pisos que rodean al patio central.
A la planta alta se llega por una escalera espaciosa y opulenta en cuya entrada es notable una portada de piedra con arcos trilobulados que, al igual que los de la planta alta, exhiben influencia mudéjar andaluza.
En el techo de la escalera del Palacio de Torre Tagle se observa el escudo de armas del Marqués, compuesto por tres cuarteles en los que se distingue a un caballero, una serpiente y una doncella, que simbolizan el mote: Tagle se llamó el que la sierpre mató y con la Infanta casó. La planta alta de esta casa familiar muestra elegantes galerías con zócalos de azulejos, barandal con balaustres de cocobolo y pisos de finos mosaicos
Sus cuatro corredores, están circundados por bellísimos azulejos. Sus barandas con pequeños balaustres de madera de caoba, trabajadas naturalmente a mano, nos impresionan profundamente por su simetría, haciéndonos pensar en la alta calidad del alarife peruano de entonces. Hemos contado más de doscientos balaustres. Tales balaustradas están coronadas por pequeños y bien proporcionados arcos. Los dos centrales no son simétricos.
La variedad en su tamaño es tan pequeña que pasa inadvertida. No tienen la diferencia que se aprecia en sus balcones, mas, si se observan con detenimiento, le dan al conjunto arquitectónico una vida especial al romper la monotonía de su simetría.
Este ambiente tiene un sabor de arquitectura mudéjar -árabe- inconfundible.
El corredor principal, el que nos lleva a la gran sala, tiene una apreciable extensión que nos permite desplazarnos con gran holgura. En sus paredes aparecen los primeros “poyos” o “arrimaderos” adheridos como todos ellos a sus muros y que fueron testigos de amenas charlas, prolongados descansos o conciliábulos políticos. Estos poyos los encontramos igualmente en los otros corredores y balcones.
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